Al noreste de Ouarzazate, una ciudad de Marruecos conocida como La puerta del desierto, se está levantando la planta solar más grande del mundo. Cuando esté terminada medirá 6.000 hectáreas —más que el área de Rabat, la capital del país. Este jueves se inauguró su primera fase, construida por españoles.
La primera fase es una central térmica solar denominada Noor 1. Cuenta con 500.000 espejos parabólicos que persiguen la luz del sol durante el día para generar 160 MW de potencia, suficiente para satisfacer la demanda de 135.000 hogares. En 2017, cuando las fase Noor 2, Noor 3 estén terminadas, el complejo sumará 580 MW de potencia, capaces de iluminar 1,1 millones de hogares.
Cada espejo de Noor 1 mide 12 metros de altura. Su función es calentar unas tuberías que contienen un aceite térmico sintético. El aceite puede llegar hasta los 393 grados Celsius, momento en el que se mezcla con agua para generar vapor y hacer girar unas turbinas que producen la electricidad.
Las labores de diseño y construcción de Noor 1 fueron adjudicadas a cuatro empresas españolas: Acciona, Sener, TSK y Aries. Sener se encarga también de la construcción de las fases Noor 2 y Noor 3, que ya está en marcha. Además se levantará una planta de concentración fotovoltaica que no ha sido adjudicada.
En total, Marruecos ha invertido 9 mil millones de dólares en el proyecto. Más allá del cambio climático, la motivación del gobierno es dejar de importar energía y combustibles fósiles del extranjero.