🚀 Terravision: el mapa que Google borró de la historia (y el lema “No seas malo”)

En los años 90, mucho antes de que existiera Google Earth, un grupo de artistas e ingenieros alemanes de ART+COM ideó algo que parecía ciencia ficción: Terravision. Un sistema que permitía volar sobre el planeta en 3D, hacer zoom desde la órbita hasta una calle y visualizar datos geográficos en tiempo real. Era 1993, los mapas digitales eran cosa de laboratorio y aún faltaban más de diez años para que Google sorprendiera al mundo con su “invento”.

Terravision no solo fue una curiosidad tecnológica, fue el precursor real de Google Earth. Se presentó en la Exposición Universal de Osaka y funcionaba con servidores SGI de alto rendimiento. Los alemanes habían abierto una ventana digital al planeta entero, mucho antes de Silicon Valley.

Sin embargo, la gloria se la llevó otro. En 2001, la empresa Keyhole Inc. lanzó EarthViewer 3D, un software sospechosamente parecido. En 2004, Google compró Keyhole y, en 2005, nació oficialmente Google Earth. Lo que para millones era un milagro tecnológico, para ART+COM fue una bofetada: ellos ya lo habían hecho diez años antes.

La disputa llegó a los tribunales en 2014. ART+COM acusó a Google de haber robado su idea y violado su patente. Pero la justicia estadounidense no dio la razón a los alemanes: consideró que la patente no era válida porque existían antecedentes similares. Google ganó. Y los pioneros de Terravision quedaron en el olvido, con la amarga sensación de haber visto a otro construir un imperio sobre su semilla.

Lo irónico es que en todo este proceso flotaba un lema, casi un chiste involuntario: el famoso “Don’t be evil” de Google. Ese recordatorio corporativo de no ser malo mientras, en paralelo, absorbían ideas, compraban empresas y dejaban atrás a los visionarios originales. Si robarle el futuro a unos inventores no cuenta como “ser malo”, ¿qué lo haría entonces?

Hoy, Terravision es recordado gracias a la serie de Netflix The Billion Dollar Code, que dramatiza la batalla entre los pequeños inventores y el gigante de Silicon Valley. No cambió el veredicto legal, pero sí puso en la conversación un tema incómodo: ¿quiénes son realmente los innovadores y quiénes los oportunistas que se llevan el crédito?

En la historia de la tecnología, los vencedores escriben los mapas. Y Google, al menos en este caso, lo hizo con un lema que suena cada vez más irónico: “No seas malo”.

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