La iniciativa federal del se propone mejorar la práctica de la ciencia en el aula, a través del desarrollo de trabajos prácticos científicos y un gran apoyo de expertos a docentes y alumnos
Promover el conocimiento general sobre la metodología de la ciencia y despertar vocaciones científicas entre los jóvenes. Ese es el objetivo del nuevo programa federal impulsado desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva destinado a los millones de alumnos primarios y secundarios del país.
Tal vez pueda interesarte proyectos en arduino, pic, robótica, telecomunicaciones, suscribete en http://www.youtube.com/user/carlosvolt?sub_confirmation=1 mucho videos con código fuentes completos y diagrama
En la búsqueda de enriquecer las clases de ciencia en las aulas, el programa “Los Científicos Van a las Escuelas”, que es organizado por el Programa Nacional de Popularización de la Ciencia y la Innovación (PPCI), fue lanzado hace pocos días en el Centro Cultural de la Ciencia.
Por cada provincia participan 15 científicos, que junto a docentes (denominados par), formulan Trabajos Prácticos Científicos (TPC) para mejorar el dictado de los contenidos curriculares de las materias; el científico número 16 (denominado C16) de cada provincia, coordina estos pares, asesorando y manteniendo contacto permanente con ellos.
Durante dos jornadas de trabajo, los C16 de Corrientes, Córdoba, Santiago del Estero, Jujuy, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, y por primera vez, Entre Ríos y CABA, intercambiaron experiencias, expresaron inquietudes, prepararon ensayos, y analizaron los TPC propuestos por cada par de su provincia.
El desafío del encuentro federal residió en optimizar la capacidad instalada de cada docente y cada escuela, de acuerdo a su contexto y particularidad. Los expertos explicaron que este aprendizaje adquirido “brinda la posibilidad de transferir el conocimiento a otros colegas y diseñar nuevos TPC sin el acompañamiento del científico”.
“Hay que dejar abierta la posibilidad de que los alumnos se pregunten cosas, esto es más difícil que preparar el experimento”, expresa Silvia Fernández Castelo, una de las referentes de la iniciativa, junto a Elena Díaz País.
Barreras y temores en la ciencia
Una de las barreras más comunes con las que se encuentran los alumnos y los profesores es el desconocimiento y el miedo de manipular vasos de precipitado, destiladores, drogueros, probetas, o llevar a cabo ideas y conceptos científicos particulares que dejen una enseñanza concreta y acerquen a los más pequeños a las ciencias.
A partir del vínculo con el científico, los docentes podran hallar la posibilidad de vencer varios prejuicios, poner en práctica proyectos empíricos y despertar la atención de los alumnos.
“El desafío es evitar la ´receta´ en el aula”, comenta Fernández Castelo en referencia a aquellos experimentos que no conducen a nada, sino “plantear la pregunta y que ellos busquen los medios para responderlas”.
Algunos TPC con buenas intenciones se descartaron por seguir solo una “receta”; en otros, se profundizó el método. “El objetivo es que sea una herramienta pedagógica para los docentes. Por eso pedimos que los TPC sean redactados por los docentes, para que sea un relato de experiencias empíricas”, afirma Díaz País.
Según los organizadores del evento, “una de las mayores fortalezas del programa es la generación de un espacio de intercambio donde se combinan los saberes de científicos y de docentes”. Y afirman que esto potencia el dictado de los contenidos curriculares de las materias y fomenta el pensamiento crítico en los actores involucrados en esta experiencia.
El proyecto debe enmarcarse en biología, química, física, astronomía o ciencias de la tierra. La temática debe formar parte de la currícula escolar y ser consensuada entre el docente y el directivo de la institución educativa. Esta decisión determinará la posterior selección del científico para garantizar su conocimiento en la materia y una adecuada planificación para el dictado del tema de interés.
El par (docente y científico) trabaja 30 horas sobre un proyecto de temática curricular elegida por el establecimiento educativo, que luego se implementará en clase. Este vínculo perdura en el tiempo, en muchos casos, se vuelve un espontáneo acompañamiento.
Por su parte, el C16, es elegido por el coordinador científico y mantiene contacto permanente con los pares a lo largo del módulo de trabajo y está actualizado de los avances de cada TPC.
“El mayor desafío de los C16 es generar el diálogo entre dos mundos que tienen lenguajes diferentes, y lograr la paridad de saberes para poder volcarlos en los TPC”, concluye Díaz País. Como parte de la iniciativa, hay una instancia donde los alumnos entrevistan al científico, quien comparte su experiencia y cuenta su quehacer.
Tal vez pueda interesarte proyectos en arduino, pic, robótica, telecomunicaciones, suscribete en http://www.youtube.com/user/carlosvolt?sub_confirmation=1 mucho videos con código fuentes completos y diagrama
SUSCRIBETE A NUESTROS BOLETINES, RECIBE EN TU CORREO LAS NOTICIAS MÁS DESTACADAS, SÓLO INGRESANDO TU CORREO ELECTRÓNICO
[wysija_form id=”1″]
VIDEO RECOMENDADO